Es en estos espacios donde inició la construcción de la ciudad de Romita donde también se encuentra el pintoresco kiosco que donde en tiempos idos, en el lugar existía un pozo, el pozo más viejo que se recuerda; que estuvo en el jardín, en los años veinte, la gente del pueblo que no tenía agua en su casa, la acarreaba de allí; el pozo estaba a un lado de un ahuehuete, que asomaba hacia la calle Real.
Se sacaba el agua con una cubeta amarrada a un mecate. Después se le puso un motorcito que mandaba el agua a la pila que estaba debajo del kiosco. Con un botecito llenaban los “aguadores” sus cubetas y los botes mantequeros que cargaban con los “burros.” Así fue hasta los años sesenta cuando las casas de la villa de Romita contaron con llaves (tomas domiciliarias), de agua potable.
En un principio era de adobe, madera y ladrillo y así se mantuvo hasta los años treinta; cuando fue demolido y en su lugar se levantó uno nuevo, con el jefe Político Don Teodoro García quien como primera piedra puso su colección de monedas de oro para el buen augurio; con postes y barandales de fierro con filigranas, cúpula y marquesina de lámina, piso y escalinata (que daba a la esquina de la calle Hidalgo), de madera, remataba sus dos columnas con macetas; en su parte inferior se resguardaba la pila del agua del pozo ya motorizado.
Así se mantuvo hasta finales de los años 50’s. En 1958 fue cuando se construyó el actual kiosco, bajo órdenes de Juan García, sobrino de Teodoro; Juan García decidió dejar la colección de monedas de oro en su lugar (se dice que siguen ahí, y que de ser retiradas, la economía del pueblo decaería), al actual Kiosco se le fueron retirados sus vitrales de colores caleidoscópicos que poseía en un principio y sus cromáticos azulejos.